Sunset Rules: reguladores valientes y estratégicos

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La normativa temporal se ha materializado en tres técnicas legislativas distintas: (i) los regulatory sandboxes; (ii) las sunset rules; y (iii) la legislación agile.

Por tanto, uno de los ejemplos de regulación flexible son las sunset rules, es decir, las normas con una fecha de vigencia máxima preestablecida. Este concepto no nos es ajeno. Los Presupuestos Generales del Estado operan como auténticas sunset rules.

Esta idea nace de una realidad evidente: cada vez resulta más difícil regular en el largo plazo, más si tenemos en cuenta el cambio constante y acelerado de la tecnología y el impacto social que está generando el proceso de digitalización. Las consecuencias son difíciles de prever y los marcos regulatorios se van desarrollando sobre la marcha, casi al mismo tiempo que se desarrolla la tecnología, generando grandes espacios de incertidumbre. Esto dificulta en gran medida la labor del legislador, que, en lugar de ir un paso por detrás de la realidad, está tan lejos de ella que casi se pierde en el horizonte. Para combatir los vacíos legales, la incertidumbre e incentivar la actividad legisladora (y evitar también las prohibiciones absolutas), surge la idea de legislar con instrumentos legislativos temporales.

Se trata prácticamente de llevar a cabo una prueba piloto a gran escala, y tras un periodo de entre 1 y 3 años, revaluar el impacto, la vigencia y la adecuación de la legislación a la realidad y contexto social y empresarial del momento.

Es evidente que este sistema cuenta con detractores ya que las empresas pueden manejar con cautela la apuesta por la innovación, si saben que las condiciones legales pueden cambiar en un espacio de tiempo relativamente corto (máximo de 3 años) en el que no siempre habrán podido monetizar o rentabilizar su inversión. Sin embargo, la alternativa a este modelo flexible es que el legislador adopte una posición conservadora, o bien con normativa prohibitiva (un ejemplo podría ser la prohibición de Francia del uso de softwares y herramientas de legal analytics y justicia predictiva) o bien que no se promulgue regulación al respecto. Los efectos perniciosos de la falta de claridad legislativa, se pueden ver claramente en la gestión de la regulación de ICOs y STOs en Estados Unidos que ha conducido a que más de una empresa haya sido sancionada por la SEC por incumplimiento de la normativa de emisión de valores en las emisiones de ICOs.

Agile Regulation

La idea de una regulación agile viene directamente de las nuevas propuestas normativas y el enfoque regulatorio que está implementando el CFTC. Muy vinculado al concepto de sunset rules, la idea es abandonar la asociación entre legislación y permanencia en el tiempo. Sustituyéndola por una mentalidad agile con el objeto de experimentar y traer el concepto de iteración al ámbito normativo. De tal manera que el espacio regulatorio se alinee con la dinámica cambiante del sector financiero.

De alguna manera, ya encontramos este tipo de modelo normativo en el ámbito de la regulación del tráfico. Es cada vez más habitual que ciertas ciudades con graves problemas de contaminación varíen los límites máximos de circulación en función de las condiciones meteorológicas y de calidad del aire. De esta manera, aunque en términos generales el límite máximo para circular en ciertas zonas sea de 80km por hora, este límite se reduce a 70, 60 o incluso 50 kilómetros por hora en momentos de alta contaminación y condiciones climáticas adversas.

Grandes empresas tecnológicas como Google y Facebook, prueban las nuevas funcionalidades de sus herramientas y productos de forma iterativa (iteración), creando prototipos y poniéndolos delante de los usuarios para ver si funcionan. Lo que se busca con la regulación agile es que el legislador pueda trabajar de manera similar, en ciertas ocasiones, construyendo modelos de software para probar el impacto de las diferentes leyes antes de que se implementen, creando y ejecutando diferentes y variados perfiles de usuarios a través de la legislación para ver cómo funcionaría un servicio en diferentes circunstancias.

Será muy interesante ver cómo este proceso dinámico donde la regulación itera, se perfecciona y se adapta a la realidad de forma mucho más rápida es finalmente aplicado. Lo que resulta evidente es que solo aquellos reguladores valientes y que apuesten de forma estratégica por la innovación adoptarán esta forma de crear derecho.


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