El Blockchain y la trazabilidad alimentaria

0

En los últimos cuarenta años una tecnología revolucionaria se ha convertido en parte de nuestras vidas. Internet abrió la puerta a la World Wide Web, el correo electrónico, las redes sociales, las empresas online y el Internet de las cosas (IoT). Es lo que se viene llamando la Cuarta Revolución Industrial. El Big Data y las tecnologías son omnipresentes. Es más, en los últimos años estamos viviendo la transición entre el IoT al llamado Internet of Everything (Internet de todo). Todo ello ha permitido la aparición de nuevos medios de comunicación y formas de entretenimiento, nuevos medios de colaboración, investigación e intercambio de información (Open Science), pero también nuevas formas de organizar el trabajo y el marketing, lo que ha propiciado la proliferación de nuevas empresas digitales.

Pero hasta ahora, cualquier transacción o relación online requería la acción o mediación de un tercero, el intermediario. Sin embargo, el Blockchain se caracteriza precisamente por la eliminación de la figura del intermediario, y por ello ha sido descrito por reconocidos autores como De Filippi y Wright como el sistema que no requiere confianza. 

En síntesis, el Blockchain es una estructura de datos cronológicos en la que las transacciones se agrupan en grupos o bloques, que luego se registran de manera idéntica en una red de computadoras. Cada bloque contiene información sobre una determinada cantidad de transacciones, metainformación sobre el bloque anterior, así como una respuesta a un problema matemático complejo (mecanismo de consenso) que permite la validación de la información asociada a ese bloque, y evita su borrado o posterior modificación. Por tanto, cuando un número suficiente de usuarios participa en la cadena de bloques, permite la identificación perfecta, irreversible y sincrónica de los contenidos incorporados a la cadena.

Hemos conocido la tecnología Blockchain fundamentalmente a través del Bitcoin y las demás criptomonedas poco tiempo después, pero sus aplicaciones van más allá del mundo financiero. La aplicación de la tecnología Blockchain en la cadena de suministro, y en particular, en la trazabilidad de los alimentos en el caso de la industria alimentaria, puede constituir un espacio en el que desplegar su máximo potencial. 

La seguridad alimentaria es de hecho un problema mundial. Muchos de los problemas del sector alimentario, como la contaminación cruzada, el fraude alimentario, la transmisión de enfermedades y el alto costo de retirar los productos defectuosos se acentúan por la falta de información sobre los pasos que da el alimento antes de llegar a nuestras manos. La trazabilidad se encarga de rastrear los alimentos en todas las etapas de producción, procesamiento y distribución por las que pasa. La calidad de la información que se extrae es pues fundamental para garantizar la seguridad alimentaria. 

Con la introducción de la tecnología Blockchain en la cadena alimentaria, mediante el escaneo de un chip NFC (Near Field Communication) o un código QR colocado en cada artículo, los consumidores podrían acceder al historial completo del producto que les interesa y verificar la autenticidad de sus compras. Todos los detalles identificativos de cada producto estarían en el blockchain: por ejemplo, lugar específico de origen, fecha de recolección y peso del producto. Detalles como tratamientos plaguicidas, grado de humedad, tiempo en tránsito, refrigeración, fecha exacta de paso por aduana, recepción por parte del importador, tiempo de almacenamiento, etc. estaría a nuestro alcance a través de aplicaciones descargadas en cualquiera de nuestros teléfonos móviles. La información podría abarcar la vida del producto desde el campo o la granja a nuestros platos. 

La trazabilidad de los alimentos es fundamental para el proceso de autenticación, en virtud del cual se verifica la correlación entre el alimento y su etiquetado. Este proceso es necesario no solo para proteger a los consumidores contra el fraude (por ejemplo, precios más altos en productos de calidad específica), sino también para evitar problemas de salud. Los consumidores demandan cada vez más esta información, tanto por necesidades dietéticas, gustos personales o por motivos religiosos y, en este sentido, las reglas de etiquetado juegan un papel crucial. Pero el etiquetado por sí solo no es suficiente, y las aplicaciones Blockchain para la trazabilidad alimentaria pueden llegar a satisfacer la necesidad de certeza en su contenido. Por esta razón, su uso en el sector alimentario también puede convertirse en una herramienta de marketing muy eficaz, ya que se puede utilizar para mejorar la reputación de la empresa y así atraer nuevos clientes o fidelizar a los existentes. 

Gran oportunidad para la industria alimentaria

El Blockchain se presenta como una gran oportunidad para el sector de la cadena de suministro en la industria alimentaria. Tiene claras ventajas en términos de transparencia, confianza, eficiencia y seguridad, ya que todo esto mejora la reputación de los miembros de la cadena alimentaria, desde los productores, transformadores y distribuidores, hasta los minoristas, y en última instancia los consumidores son los beneficiarios finales. Es indiscutible que la tecnología Blockchain, adecuadamente gestionada, ayudará a reducir el fraude y las enfermedades transmitidas por los alimentos a través de la trazabilidad de los mismos y proporcionará información más transparente que llegará a los consumidores a través del etiquetado de los alimentos contenidos por ejemplo en soluciones NFC o QR como antes se ha indicado.

Sin embargo la complejidad, el mecanismo de verificación, el costo, la confidencialidad y la protección de datos son algunos de los problemas que deben superarse a fin de llevar a cabo una optima implementación de esta tecnología en el sector alimentario. La cadena alimentaria tiene un claro carácter transnacional. Se necesitan normas internacionales que fijen tanto la documentación como el idioma. Además, la aplicación de esta tecnología sigue siendo compleja e inaccesible para muchos elementos de la cadena de suministro. En muchas ocasiones el inicio de la cadena se encuentra en lugares remotos o en países subdesarrollados, en los que la implementación y el acceso a esta tecnología resulta un reto en si mismo. El coste de la implementación del Blockchain en la industria alimentaria es otro de los obstáculos que se pueden vislumbrar siendo que no está claro cuál será la repercusión final del costo en los consumidores y cuánto están dispuestos estos a pagar por él, pero es indiscutible que cada nueva inversión en la cadena de suministro tiene un impacto económico en el consumidor final.

La prueba de procedencia (la llamada Proof of Provenance) aún no está clara, porque sin un desarrollo paralelo y posterior de sistemas que permitan la integración de la prueba de origen a través del IoT y la eliminación de certificaciones en el sentido en que hoy conocemos, no tendrá lugar. El mayor reto está en asegurar el traspaso veraz de la información del mundo físico al mundo virtual a través del Internet de la cosas (IoT), es decir, asegurar la credibilidad y confianza en el llamado oráculo (oracle) que es el punto a través del cual el especifico blockchain se nutre de la información del mundo externo, y que garantizará el éxito o el fracaso de esta funcionalidad. Que el sistema funcione, con todas las ventajas que ello supondría para todos los integrantes de la cadena va a depender de la correcta sustitución del intermediario por el oráculo implementado en plataformas digitales del IoT.  

Quedan por aclarar muchos puntos a nivel regulatorio y legal (como la confidencialidad de las empresas o el tratamiento de datos personales que puedan ser requeridos como contraprestación a la información), así como en cuanto a la estandarización necesaria. Pero es precisamente la adecuada regulación del Blockchain en general, y con respecto a la trazabilidad y etiquetado de alimentos en particular, lo que potenciará su capacidad para aumentar la transparencia y la confianza.

Una mirada atrás puede ayudarnos a prever que, en la autorregulación, podríamos encontrar la clave para gobernar el Blockchain como sucedió con Internet. La propia industria debe tomar la iniciativa en la búsqueda de estándares, sistemas y opciones que se puedan aplicar transnacionalmente, como una forma de resolver, por un lado, los desafíos señalados anteriormente, y por otro, la posibilidad de que la regulación por parte de los Estados no frene el desarrollo de esta tecnología.

Como cada vez que nos enfrentamos a un nuevo desarrollo tecnológico, el riesgo de adquisición de una posición dominante por parte de uno de los pioneros en su desarrollo puede suponer un riesgo potencial para los consumidores derivado de la creación de monopolios que sin duda puede afectar su derecho de elección, notoriamente, o peor aún, sin su conocimiento y aceptación, por lo que este aspecto debe ser cuidadosamente regulado para que, sin suponer un límite al desarrollo, no cause un daño directo al consumidor.

Autor. Maria Luisa Mena Duran. Abogado. LLM Transnational Law King’s College London. Actualmente PGR King’s College London. 

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here