Los algoritmos han pasado de ser un tecnicismo desconocido a una moda en cuestión de años. Sin apenas darnos cuenta, palabras como Big Data, inteligencia artificial o automatización ya forman parte de nuestro día a día. Y si creen que no, están a tiempo de ver cuál ha sido la guerra en las últimas grandes elecciones a nivel mundial: los datos. Pero los algoritmos no solo están dominando la escena política, también la empresarial. Por primera vez en la historia, en Hong Kong, un fondo de capital riesgo designó a un algoritmo como “miembro” de su Consejo Asesor en 2014.
Deep Knowledge Ventures, una empresa que se basa en medicamentos para enfermedades relacionadas con la edad y en proyectos de medicina regenerativa, ha explicado que el programa VITAL, basado en algoritmos, puede hacer recomendaciones de inversión estudiando grandes cantidades de datos sobre empresas científicas.
VITAL se convirtió en el sexto miembro del Consejo Asesor de Deep Knowledge Ventures y, al igual que el resto de miembros, podrá votar a favor o en contra de las inversiones que realice la empresa.
El funcionamiento de VITAL es extremadamente sencillo para una máquina con respecto a un humano, tanto en efectividad como en tiempos de elaboración: el algoritmo escanea el financiamiento de las posibles compañías, los ensayos clínicos, la propiedad intelectual y las rondas de financiamiento anteriores.
En palabras a Business Insider, Charles Groome, miembro de Deep Knowledge Venture, explicó: “El objetivo es que las decisiones sean tomadas por un actor independiente”.
Deep Knowledge Ventures deja la reflexión abierta para el resto de empresas: ¿serán los algoritmos piezas fundamentales en los Consejos Asesores de las grandes compañías? ¿Llegará el día en el que haya más algoritmos que humanos en la toma de decisiones de las empresas? Si el algoritmo siempre acierta, ¿en qué posición quedarán los humanos? ¿Existirá la realidad virtual en el futuro?
¿Convierte esto al humano en más imprescindible que nunca?
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