Head of Legal Innovation: de la concienciación a la acción

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La primera fase en todo proceso de innovación es la concienciación, la necesidad de tomar conciencia de que es necesario un cambio de procesos, de enfoques, de técnicas y de tecnologías. No es tarea fácil en las organizaciones iniciar e instaurar este camino hacia la innovación consciente y querida. 

Porque no hay que engañarse, de nada serviría la innovación forzada o la innovación querida pero rodeada de escepticismo. Ya en el año 2016, eI I Estudio de Lefebvre sobre Innovación en el Sector Jurídico, se preocupó por el estado de la innovación en los despachos y asesorías jurídicas en determinados países de Europa. Y en el II Estudio publicado en 2019, queda constado que se ha avanzado mucho en 3 años, pero todavía los datos revelan que el margen de mejora es amplio. 

El primer indicador que sirve para evidenciar que no se han alcanzado los niveles de innovación que lleven a un estado de satisfacción elevado en el sector legal, es el nombramiento de un responsable de innovación (head of legal innovation). Y es que precisamente este indicador es determinante para constatar que, de la fase de concienciación se pasa a la acción. 

El head of legal innovation, ante todo, es agente de cambio para impulsar dentro de los despachos y asesorías jurídicas la llamada “cultura de la innovación”. Una vez superada la fase de concienciación, el motor generador del cambio va a ser la persona responsable que lidere y ejecute las acciones específicas encaminadas a que la innovación sea una realidad.

Por tanto, el voluntarismo y la motivación improvisada hacia la innovación que se hace depender de determinadas personas no investidas formalmente de funciones y responsabilidades dentro de las organizaciones, ya no funciona. Es preciso encomendar a una persona o departamento las competencias necesarias para impulsar la innovación, de manera estructurada y transversal.

El responsable de innovación tiene tres misiones fundamentales:

  • Involucrar activamente al mayor número de personas dentro de la organización 
  • Promover la inversión económica suficiente en innovación
  • Elaborar el plan estratégico que marque las acciones innovadoras específicas a implementar

Así se deriva del Estudio (2019), que no sólo alerta de esta necesidad, sino que nos arroja datos muy significativos que permiten concluir que los niveles de innovación alcanzados por despachos y asesorías jurídicas tienen una correlación evidente con el nombramiento de un responsable de innovación.

De acuerdo con estos datos, en España casi el 60% de los despachos y asesorías jurídicas no dispone de esta figura encargada de liderar el cambio y promover la innovación. Se sitúa detrás de Holanda, que aparece como el país que ha nombrado a un responsable de innovación en la mayoría de despachos de abogados, y delante de Francia y Belux que lo habrían hecho en un 36% y un 30%, respectivamente.

Estos datos revelan que el margen de mejora en innovación en el sector jurídico es amplio y nos dan claves esenciales para avanzar en este camino. Porque tan importante es detectar las tendencias como mostrar las trabas que frenan ese avance.

Siguiendo los indicadores del Estudio de Lefebvre: empecemos por nombrar a un head of legal innovation.

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