Entrevista a Karol Valencia, CEO and Founder at WOW Legal Experience: “‘Todo se diseña’ y, si es así, ‘todo se puede rediseñar’”

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Karol Valencia es CEO and Founder at WOW Legal Experience y trabaja como líder de proyectos legales y diseñadora de servicios legales en eID. Desarrolla consultoría privada y se enfoca en proyectos y servicios con una perspectiva holística a través de su marca Karol Valencia (a nivel mundial y en modo remoto) y es Chief Community Manager en Eye Z Legal (India).

Es miembro activo del Institute for Internet & The Just Society, también trabaja en el proyecto #Barpocalypse para el rediseño de la educación jurídica en USA y es la embajadora LATAM de ILSA (Innovative Law Studies Association), Head of Growth and Customer Experience at Change The Block y Legal Advisor at Digmak.

Es abogada de la Universidad Católica San Pablo, estudios de posgrado en la PUCP y Licenciada en Derecho por la UEM de Madrid (España). Con formación en transformación digital, innovación, programación y diseño en «En Estado Beta», «Iron Hack» y «Interaction Design Foundation»; autodidacta, participa en comunidades como Legal Hackers Lima, PsychoLAWgy y otras, además de diferentes trabajos de voluntariado. Exprofesor de la UPN. Facilitador y conferencista internacional de Legal Design & Legal Tech. Activista en temas de salud mental.

Actualmente colabora con columnas y blogs como: The Crypto Legal, su cuenta en Medium, Idealex.press e Impact Lawyers. Ella cree en el rediseño del sistema legal para lograr un mejor acceso a la justicia para todos. 

The Technolawgist ha hablado con Karol y nos ha compartido su visión sobre la prestación de servicios legales en la actualidad.

¿Cuándo tomaste conciencia de la necesidad de ‘reinventar’ el sector legal? Porque reinventar va mucho más allá de evolucionar

Siempre tuve claro que era necesario reinventar el sector, el problema es que durante los años de estudios en la facultad de derecho no me brindaron las herramientas suficientes, si bien es cierto, tuve suerte de estudiar en una universidad que promueve la interdisciplinariedad, los grupos eran algo cerrados y más aún los de abogados, no fue sino hasta después de culminada la carrera que empecé a unirme a comunidades de innovación, diseño y tecnología, en donde participaba activamente siendo la única abogada en muchas ocasiones en las que claramente me enamoré de todo lo que ello implicaba y empecé a ver en todas aquellas, metodologías y formas de trabajo (frameworks), las herramientas adecuadas para reinventar primero mi perfil para hacerlo uno híbrido y compatible con un mundo que requiere conocer y desarrollar habilidades digitales, no diría que modifiqué mi mindset (forma de pensar) pero sí que lo apertura mucho más y mi visión de las cosas se volvió mucho más amplia.

Hablas de profesionales del derecho ‘rehabilitados’ como perfiles híbridos: ¿cómo los defines?

Hablar de profesionales del derecho rehabilitados no tiene que tener una connotación negativa, todo lo contrario, desde mi perspectiva, vendrían a ser aquellos que quisieron cambiar y se animaron a dar ese paso, porque sintieron un cosquilleo interno que les motivaba a explorar otras habilidades quizás hasta ese momento aletargadas y a experimentar otras facetas como las de diseño, visualización gráfica, búsqueda profunda, análisis de datos, habilidades matemáticas, programación, entre otras, como todo en la vida, las personas cambian de parecer con el paso del tiempo y adoptan aquello que sienten que les suma o aporta para su realización personal. 

Asimismo, cuando hablamos de verdaderos roles híbridos, hablamos de aquellas personas y profesionales del derecho, en este caso no solo exploraron otras habilidades o se redescubrieron, sino que se sintieron tan cómodos con las nuevas destrezas y habilidades adquiridas que se fueron especializando más hasta lograr un grado senior y fueron asimilando y poniendo aún más en práctica todo éste nuevo conocimiento para la mejor prestación de sus servicios legales y mejora de su perfil profesional. 

Tu propuesta de perfil híbrido va mucho más allá del profesional «tecnolegal»: defiendes los roles éticos y humanistas. ¿Necesitamos más filósofos en el sector legal?

Efectivamente mucho se habla de la transformación digital pero poco del sustento ético y de la transformación personal y cultural que deben llevarse a cabo incluso antes de la adopción de cualquier tecnología. Aunque muchos problemas legales -y problemas en general- pueden resolverse o coadyuvarse con tecnología, realmente nada se resuelve si no hay un factor humanista en ese desarrollo que es clave y determinante porque los clientes o consumidores finales de las soluciones innovadores y/o tecnológicas a las que se arriben son ciudadanos y personas que conocen más o menos derecho y que no son siempre abogados, por lo cual no tienen que entender a cabalidad de derecho, pero sí como operadores jurídicos debemos de diseñar instrumentos jurídicos y soluciones que sean entendibles  y que faciliten el acceso a la justicia para todos los agentes. 

Defiendo la multidisciplinariedad en los equipos legales -y equipos en general- sobre todo aquellos roles humanistas porque todo lo que implica diseño legal está muy ligado y tiene que estar muy ligado, al análisis de la data de los comportamientos de las personas ya que al final los artefactos legales que se intervienen forman parte de un todo llamado sistema legal o sistema de justicia y cada punto de contacto, cada punto del proceso y de la experiencia, será mejor o peor para cada individuo si se pensó más o menos en el impacto en el comportamiento o el comportamiento –así como consecuencia– que determinado artefacto gatillaría. 

Los estudiantes de derecho ya deberían iniciar el camino hacia el perfil de abogado ‘rehabilitado’. ¿Cómo trasladamos todo esto a las Law School?

Respecto de este punto no pienso que los estudiantes deberían iniciar tal o cual proceso de rehabilitación, como dije antes va más allá de las herramientas y currículums que se puedan diseñar y dictar en las cátedras de las diferentes facultades de derecho del mundo. Lo que sí pienso es que podemos y debemos rediseñar los programas de las facultades de derecho para que éstos además de enseñar el pensamiento lógico y las leyes de memoria, se centren en brindar a los abogados del mañana la mayor cantidad de cursos interdisciplinarios posibles, e incluir cursos como teatro que a primera vista pueden no tener mucho sentido pero que tanto aportan a la hora de poder disertar ante un juzgado,  o que se les permita  a los estudiantes, el poder llevar materias de otros programas formativos sin tanta burocracia a fin de alimentar esas inquietudes académicas que les permitan desarrollar perfiles híbridos desde temprana edad, de tal manera que así aprenden que no todo es blanco y negro, sino que hay grises y tranquilamente pueden pivotar entre un perfil y otro. 

Finalmente recalco que, la universidad debe brindar las oportunidades y rediseñar las currículums, pero ya depende de los alumnos, futuros abogados del mañana, en exclusiva atención a sus inquietudes profesionales, si desean inclinarse por la intersección con la tecnología o prefieren optar por el perfil del abogado tradicional, ambos son válidos, pero claro está que se deben de mostrar el abanico de opciones para que los alumnos puedan observar y, de la manera más práctica, toda la paleta de colores para escoger uno y por qué no, crear su propia tonalidad. 

Los graduados en derecho también van al sector público: ¿cómo ves el acceso a la justicia en un mundo totalmente digital?

Para mi enorme alegría veo con buenos ojos los progresos que a nivel mundial se vienen dando en el desarrollo de soluciones de justicia digital (e-justice) de hecho el Consejo Europeo, realiza llamados constantes a plantear diferentes soluciones de justicia digital, que promueven la cooperación entre organizaciones sin fines de lucro y el sector privado, así como entes administradores de justicia, de tal manera que estos proyectos y soluciones creativas complementen otras soluciones dadas a nivel comunitario y dentro de las naciones de origen de los actores. 

En todo América y Latinoamérica, también sorprende con grandes iniciativas, no hay país que no tenga su propio buscador (con opción a mejoras) de normas y jurisprudencias, plataformas que permiten y facilitan el acceso a diferentes trámites, y algunos países están abriendo espacios de innovación en justicia como laboratorios, de manera gubernamental, en cooperación con entes privados como universidades u otros organismos, entre otras iniciativas, destaco el caso peruano que conozco de primera mano gracias a su laboratorio de transformación digital e innovación y el  caso de la República Dominicana que ya cuenta con su laboratorio de justicia. 

A nivel mundial en general se vienen desarrollando diferentes iniciativas, planes piloto, pues siempre se debe empezar con un MVP en micro para luego al verificar su efectividad, escalarlo gradualmente. Espero que sigamos así dentro de éste Hub mundial que ha acelerado muchísimo la innovación y el acceso a la justicia para los ciudadanos reivindicando el sentido y propósito de servicio de justicia al derecho y que empodera a los ciudadanos para que sean más autónomos y se aminoren las cargas procesales. 

Crees en la reinvención, rehabilitación y rediseño de la prestación de servicios legales. 

Creo haberme referido a los dos primeros puntos con amplitud en las anteriores preguntas, y prefiero explayarme sobre el rediseño de servicios legales en ésta. 

La respuesta es que sí, creo fuertemente en le rediseño de los servicios legales y en la integración de servicios y productos varios que generen experiencias memorables en el sector legal para las personas. 

Ciertamente mis pares hablan sobre diseño legal y está muy bien, en particular creo más en el rediseño, análisis y mejora de servicios legales -todo se puede mejorar- más que en el diseño legal, ya que considero que hay pocas cosas que resten por inventarse a la fecha y la ley es lógica, al ser lógica admite creatividad y mejora más no en cuenta al texto normativo en sí, que puede ser la parte más rígida del derecho, sino en cuanto a la forma, a la manera de comunicar el mensaje para las personas y al campo de acción y consecuencias de aquel texto, así como las interpretaciones que se le pueden dar al mismo y que generan jurisprudencia y precedentes diarios. 

Como mencioné antes ‘TODO SE DISEÑA’ y si es así ‘TODO SE PUEDE REDISEÑAR’, para mí el rediseño no significa error, significa analizar datos, situaciones, agentes , circunstancias, cada punto de contacto del servicio, procesos y actores involucrados, para ver cuáles generan o pueden estar suscitando algún problema de cara a la experiencia o impresión generada en los consumidores finales (personas) que al  final pueden saber o no saber de derecho, de tal forma que una vez identificados esos dolores en la experiencia se puedan rediseñar, re imaginar, re inventar para procurar una mejor experiencia. Imaginen ustedes lo genial que sería concebir ésta visión holística del problema y pensar en la justicia como un servicio y es ahí a donde quiero llegar con los experimentos que hago y todo lo que voy aprendiendo y compartiendo, me inclino a pensar que, de esa forma estamos un paso adelante para alcanzar la justicia, no le hecho la culpa a nadie,  pero asumo plenamente mi responsabilidad como agente que conforma el sistema legal y de justicia que me rodea y por empatía procuro mejorías en dicho sistema para que los demás sientan que funciona, quieran usarlo y porqué no hasta disfruten de ese proceso.


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