Despachos de abogados virtuales: inventa tu futuro antes de que lo haga otro

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Desde hace unos años venimos escuchando que los despachos de abogados virtuales van al alza. Parecía claro que a pesar del escepticismo de la profesión de abogado y la consideración general de que es tradicional y fiel a su esencia, no podía quedar inmune a esta nueva forma de operar con evidentes ventajas a nivel de eficiencia y costes económicos.

Se puede hablar ya, de que es una tendencia del sector legal en el s. XXI, no sólo en EEUU, pionero es esta nueva forma de negocio, sino a escala mundial. Efectivamente, los despachos virtuales ya son una realidad en muchos países que aparecen como modelo de comunicación con los clientes utilizando las nuevas tecnologías. Si comparamos con los despachos que tienen un modelo más tradicional, los despachos virtuales aprovechan la tecnología en la nube para realizar sus tareas de forma digital, sin asentarse en una oficina física y todo ello de manera ágil, económica y segura.

Hoy en día se puede afirmar que el despacho virtual ofrece un servicio completo, que va desde la propia búsqueda del abogado hasta su contratación, el pago de sus honorarios e incluso, la fiscalización y seguimiento del proceso legal. Al final, la gran ventaja es liberar tiempo y costes para asegurar una mayor calidad técnica en el trabajo del abogado. En definitiva, este modelo de negocio va en busca de la estandarización de servicios, especialización de contenidos y reducción de costes económicos. Por tanto, ventajas evidentes que se derivan de su utilización son:

Agilidad en las gestiones suprimiendo los trámites puramente mecánicos. La ventaja de poder trabajar con software de gestión de casos ubicado en la nube facilita la colaboración online en casos y documentos de forma segura. Facilita la centralización de la información y la comunicación entre los colegas, aunque no se encuentren en el mismo espacio físico. Las posibilidades que estos avances tecnológicos ofrecen son muchas: gestión de calendarios, flujos de trabajos centralizados, seguimiento de tareas y plazos esenciales. En un futuro no muy lejano podrán celebrarse reuniones a través de pantallas con distintos colegas de diversas áreas geográficas, simulando que se encuentran en la misma sala. Lefebvre cuenta con Lex-on, un software, que ayuda en la gestión de este tipo de procesos.

Comunicación con el cliente, es una de los elementos más definidores del modelo virtual ya que dinamiza y facilita de manera muy evidente la relación con el abogado, que pasa a convertirse casi en relación permanente o continua, una vez más sin necesidad de inmediatez física. Los avances tecnológicos en este ámbito son muy trascendentales y ponen de relieve la necesidad de que el abogado se centre en la atención al cliente y abandone las tareas rutinarias.

Reducción de costes económicos, al no tener que soportar los gastos de infraestructuras tan elevados en los despachos tradicionales. Esta ventaja es muy patente en este tipo de despachos. El gran beneficio, por otro lado, se sitúa en el hecho de que al liberar costes fijos es posible realizar mayores inversiones en tecnología y a consecuencia de ello, adaptarse de manera rápida a los cambios que demanda el negocio. Estos cambios son realmente difíciles de conseguir de manera rápida y dinámica en un despacho de modelo tradicional. Además, sin duda permite explorar nuevos modelos de facturación, más flexibles y competitivos.

Ahora bien, estas ventajas pueden llevar a conseguir el éxito del despacho virtual pero siempre con atención a dos cuestiones que son muy relevantes:

Mantener estándares de calidad y reputación, ya que los avances que proporciona el mundo tecnológico no serán nada efectivos si van en contra o en detrimento de la calidad de los servicios prestados. De nada servirá contar con una aplicación que facilite la comunicación continua con el cliente si la calidad del servicio no llega a los estándares exigidos. Mantener la calidad en la prestación del servicio legal debe ser el gran principio, teniendo en cuenta, además, que existen en el mercado medidores de la reputación de los abogados.

Garantizar la seguridad en la red, es cuestión de suma importancia en el mundo virtual. La ciberseguridad es la pieza central de la eficiencia de este modelo. Si bien, son muchas las ventajas que ofrece el modelo virtual, no podemos obviar que el cliente debe sentirse seguro y sin recelos acerca de que sus datos y de que su caso no “navegará” por la nube. El lanzamiento de un modelo virtual debe ir siempre precedido de una exhaustiva y completa política de seguridad. Por ello, en este modelo de despachos se considera imprescindible un equipo de informáticos que desarrollen y garanticen esta política.

Y todo lo anterior, solo se podrá conseguir, según Richard Susskind, con “el alejamiento del servicio legal antiguo hacia uno más masivo, menos artesanal, de manera que se estandarice y sistematice la producción de documentos, creando paquetes legales que pueden estar en la red al acceso de cualquiera. Hay que usar las nuevas tecnologías para hacer cosas que antes no eran posibles. Ese es el gran reto”.  Y además insiste en que la confianza con el cliente seguirá siendo un valor de máxima importancia, más todavía si el abogado puede liberarse de tareas administrativas y centrarse en su trabajo, es su valor añadido.

Susskind es muy contundente cuando dice que la mejor manera de predecir el futuro es inventándoselo; si no se hace, vendrá otro que se lo inventará, y si no nos enfrentamos a estos retos del futuro con éxito, los abogados tendrán cada vez menos importancia en la sociedad.

Solo queda pensar que el futuro está en nuestras manos y que lo inventaremos. Lo haremos.

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